miércoles, 18 de noviembre de 2009

Ella fue el sol


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Ella fue el sol en el universo de las otras
porque fueron otras y yo ninguno.
Pero ella, el sol, era inevitable como el astro.
Era como la luz en el cristal de los inviernos.
Por la mañana era el árbol iluminado.
Por la tarde era el ocaso cerrando sus ojos.
No parecía ninguna pero era todas.
Por las noches era el espejo de la luna tragando estrellas, luces y poetas.
Nacieron los astros imaginados por los profetas
y ella se abrió en el momento exacto que describo.
Aquí esta ella y soy yo.
Ahora mismo me escribo y me miro
y tengo grandes pechos
y un niño entre mis brazos.
Soy una madre hambrienta de niños.
Quiero nacimientos porque lloro con lágrimas del alba.
Esta gota que me brota es una Era en si,
con planetas y seres que se buscan entre si
y crean otros seres que cuando lloran hacen el mundo
y esta mañana donde me levanto,
me pongo mi traje azul,
acomodo las tristezas
y deambulo entre las sombras
esperando su luz.

C G

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